Cuando se anunció el concurso internacional para seleccionar el arquitecto que diseñaría el Museo Guggenheim Bilbao, las instituciones vascas deseaban claramente que la propuesta ganadora fuese identificable como uno de los edificios más significativos del siglo XX. La propuesta ganadora del arquitecto estadounidense Frank O. Gehry reunió estos requisitos. Al igual que el diseño de Frank Lloyd Wright para el Museo Guggenheim de Nueva York, este edificio está diseñado para hacerlo una verdadera obra de arte arquitectónica. Seguramente, se convertirá en el símbolo de Bilbao para el resto del mundo.
En 1993 daban comienzo las obras de construcción del nuevo Museo, según el proyecto redactado por el arquitecto Frank O. Gehry. Al igual que el Museo Guggenheim - Nueva York, proyectado por Frank Lloyd Wright, se trata de un diseño arquitectónico que, en sí mismo, es una verdadera obra de arte, en la que se conjugan materiales como el acero, la piedra, el titanio o el agua. Una serie de eventos desde el 3 de Octubre culminaron con la apertura oficial el Sábado 18 de octubre de 1997. El nuevo Museo, con una superficie total de 24.000 m2 (auditorium, librería, restaurante, etc.) y con más de 11.000 m2 destinados a salas de exposiciones, permite realizar una programación artística de primer nivel con la que incorporar Bilbao a los principales circuitos internacionales.
Inaugurado en 1997, el Museo Guggenheim es el mejor ejemplo del programa de recuperación del área metropolitana de Bilbao. El espectacular edificio, recubierto de titanio y de 11.000 metros cuadrados, fue diseñado por el arquitecto norteamericano Frank O. Gehry. En sus diecinueve salas expositivas se muestra la colección permanente del Museo y las importantes exposiciones temporales que se celebran durante todo el año. Los fondos están compuestos por obras de algunos de los artistas más relevantes del arte de la segunda mitad de nuestro siglo, como Eduardo Chillida, Yves Klein, Willen de Kooning Robert Motherwell, Robert Rauschenberg, James Rosenquist, Clyfford Still, Antoni Tàpies y Andy Warhol, entre otros.
Los edificios diseñados por Frank O. Gehry se caracterizan por su recreación de las características físicas y culturales de los lugares en que son construidos. En el Museo Guggenheim Bilbao se utiliza metal, piedra y agua para revocar la fuerza, la independencia y la tradición industrial del País Vasco. El proyecto que está ahora en etapa de desarrollo, implica un área de 24.000 m2 conteniendo no sólo espacio para exposiciónes sino también un auditorio, un restaurante, un café, una librería y amplias áreas abiertas al público alrededor del edificio.El Museo es una parte fundamental del proyecto en su conjunto para la revitalización económica y urbana del Bilbao Metropolitano.
La significación arquitectónica del edificio que albergaría el Museo Guggenheim Bilbao se consideró desde el principio como elemento fundamental para alcanzar el nivel de excelencia artística en la esfera internacional al que este proyecto aspiraba. Este planteamiento da continuidad a la tradición iniciada por la Solomon R. Guggenheim Foundation cuando encomendó a Frank Lloyd Wright el diseño del museo de la Quinta Avenida neoyorquina. Para el diseño del Museo Guggenheim Bilbao se eligió a Frank O. Gehry ya que su concepción reflejaba el gran potencial del proyecto, al saber integrar el edificio en el entramado de la ciudad de Bilbao y su plan de regeneración urbanística.
El edificio de Gehry es como una gran escultura de silueta singular y materiales sorprendentes. Bajo la apariencia caótica que suscita la contraposición fragmentada de volúmenes con formas regulares cubiertas de piedra, formas curvas revestidas de titanio y grandes muros de cristal, el edificio se articular en torno a un eje central, el atrio, un monumental espacio vacío coronado por una cúpula metálica a través de cuyo lucernario cenital y muros de cristal, entra la luz inundándolo todo. En torno a él, un sistema de pasarelas curvas, ascensores acristalados y torres de escaleras conectan las 19 galerías que combinan espacios clásicos de formas rectangulares con otros de proporciones y formas singulares. Esta riqueza y variedad de espacios proporciona al museo una versatilidad excepcional. Así, la visión enciclopédica de la colección se distribuye cronológicamente en galerías rectangulares cubiertos en piedra. Esta visión se complementa con la de los espacios monográficos dedicados a artistas específicos, para cuya obra se reservan 9 galerías de formas especiales y dimensiones espectaculares, sitas en los volúmenes de titanio. Las exposiciones temporales y las obras de gran formato tienen cabida en una excepcional galería, de unos 30 m. de ancho y casi 130 m. de largo, libre de columnas, ubicada en el impresionante volumen que discurre bajo el colosal Puente de La Salve y el puente en la encrucijada de volúmenes que configuran el edificio.
Bilbao recupera su dinamismo al convertirse en una ciudad de servicios, volcada en su regeneración medioambiental y urbana. Liberada de los antiguos terrenos industriales, la Villa afronta una nueva transformación espacial, que la ha convertido en una ciudad cada vez más atractiva para sus visitantes. El impresionante Museo Guggenheim o el Palacio Euskalduna de Congresos y de la Música se han convertido en los grandes referentes de la nueva vocación de Bilbao, que continúa recuperando numerosos espacios para el disfrute de los ciudadanos.
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