La estación andorrana de Gran Valira ha puesto en marcha una curiosa iniciativa para atraer la atención de los esquiadores. Se trata de la construcción de dos bares-iglú además de un Hotel de hielo para el disfrute de sus visitantes.
El Hotel está situado en medio de las pistas y garantiza pasar una experiencia inolvidable en un entorno único rodeado de montañas, mientras que los dos bares-iglús están situados en zonas accesibles tras el cierre de pistas con el fin de prolongar el contacto con la nieve.
Todas las estancias cuentan con paredes techos y suelo hechos sólo de hielo, con el único aderezo de tablas de madera para las mesas y la barra de los bares.
Ha sido requerida para el alquiler de los contenedores que hacen las veces de almacén-nevera dentro de los propios bares, y de los aseos portátiles situados en el exterior y cuya presencia es imprescindible en este tipo de instalaciones.
La decoración interior se completa con aislantes y pieles para los asientos, grabados en el propio hielo de las paredes y velas que además de iluminar ayudan a dar un aire más cálido al ambiente.
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